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"Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro"
Albert Einstein

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lunes, 31 de diciembre de 2012

En la Puerta del Sol, como el año que fue

Típico. Llega el último día del año y todos nos disponemos a hacer un balance de su discurso.
No me gusta la palabra típico, suena a "falto de originalidad". Prefiero llamarlo... llamemoslo... Clásico.
Sí, Clásico me gusta.

Es un clásico en la Nochevieja ponernos a rememorar todo lo que ha sucedido en los últimos 365 días, haciendo mella en lo más importante. Nuestros logros, nuestros fracasos... y, finalmente, nuestras conclusiones, lecciones aprendidas y los propósitos para el año nuevo. Esos propósitos que no implican mayor compromiso que dejar de fumar, ponerse en forma o aprender inglés.

Yo soy una gran amante de los clásicos, así que cumplamos con lo hablado :

Este ha sido un año increíble, se mire por donde se mire.
Jamás me imaginé donde ahora mismo estoy.
En 12 meses fui capaz de graduarme, de conseguir una buena nota en Selectividad y de decidir mi futuro, un futuro completamente distinto al que parecía dirigirme y al que tuve el valor de dedicarme pese a lo que todos pensaban.
En 12 meses me di cuenta de que no hay mejores amigos que los que te hacen reír día sí y día también y que da igual lo que hagáis o a donde vayáis, con ellos todo está bien. También me di cuenta de que hay amigos que se separan y se distancian sin querer, pero son amigos de verdad cuando te devuelven la misma sonrisa de siempre, como si no hubiese pasado el tiempo, aunque tu pensaras que eso era imposible.
En 12 meses entendí que las palabras son muy fáciles y lo que cuentan son los actos. Que no todo el mundo es sincero cuando habla, que no siempre la gente es honesta, ni contigo ni consigo misma, y que las segundas oportunidades no deben regalarse a la ligera.
En 12 meses aprendí a dejarme guiar más por lo que siento que por lo que pienso, que no hay que forzar las cosas para que salgan. He aprendido a confiar un poco más en el destino y a no tratar de controlar cada uno de los giros que da el mundo. Lo que tiene que ser, será . Y lo que no puede ser, no será por mucho que nos empeñemos en negarlo.
En 12 meses comprendí que intenciones no son actos, que voluntad no es esfuerzo y que tiempo no es olvido. Pero que todo junto puede significar el inicio de una nueva vida maravillosa

Por último, en 12 meses aprendí que nada es tan malo ni nada es tan bueno. Que nada es para siempre y que todo puede cambiar, tanto si queremos como si no. Y que cada día nuevo es una oportunidad más de ser felices.

Para el año que viene pido paciencia, constancia y esperanza. Que todos los días me levante con un motivo y me acueste con un sueño.
Que el 2013 traiga lo que sea, no me importa. Que sea amistad, amor, dinero, trabajo, lo que sea. Pero que nos haga felices a todos.

SONREÍR, APRENDER, SOÑAR, ABRAZAR, BESAR, CANTAR, REÍR, BAILAR