Se curó con Lavanda y Romero
Con gasas de algodón y paño,
Tendiditas con mimo
en su piel de alabastro
Mostraba sus cicatrices,
de rosa y relieve
porque una se cree invencible
cuando ve lo que ya no la hiere.
Pero cosió muy pronto
la herida que debía de sangrar
y fingió que no había lágrimas
cuando tenía dentro un mar.
Lo siento, mi niña
que otra vez nos tenemos que encontrar
Me voy a quedar contigo
hasta que solita puedas caminar
No hay comentarios:
Publicar un comentario