Bienvenido

"Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro"
Albert Einstein

Buscar este blog

lunes, 3 de febrero de 2014

Con nuestra tinta

"E di notte andar via fra i pensieri la sùmentre in torno a noi bellissime stelle. "



Es tremenda la capacidad que tenemos para hacernos daño. Todos tenemos un talento natural para herir y crear preocupaciones y dolor innecesario. No necesitamos mucho entrenamiento, ni siquiera premeditación. Simplemente lo hacemos y ya está.
Algunos son como las ortigas, cubiertos de pequeñas cápsulas urticantes que atacan indiscriminadamente a todo el que se acerca sin precaución. Te pican, te escuecen, pero pasadas unas horas sólo queda una irritación visible que hará que nunca más te acerques a una persona así.

Otros son como los gatos, que esconden sus uñas en almohadillas de buenas palabras y sonrisas. Dejan que los acaricies y se acurrucan a tu lado buscando tu calor y tu compañía, pero cuando no te lo esperas te arañan y te marcan para siempre. Una herida que tardará varios días en curarse y que es lo suficientemente profunda como para infectarse y degenerar en una cicatriz que no logrará desaparecer nunca.

Sin embargo, otros son como los escarabajos, escondidos bajo un duro caparazón de inseguridades y miedos que, aunque no muy cómodo, proporciona una protección indiscutible. Cuando alguien les ataca, sólo se protegen y esperan a que termine el riesgo para continuar tranquilamente su camino. Nada del exterior puede dañarles, pero el interior puede destruirlos por completo, porque con miedo nunca podrán avanzar tanto como quisieran, ni mucho menos tanto como podrían.

¿Quién de todos está equivocado? ¿Quién de todos ellos está en lo cierto?
No podemos decir nada de ninguno de ellos, porque quién sabe qué los convirtió en lo que son.
Si la ortiga pica, quizá es que alguien la mordió.
Si el gato araña, quizá es que alguien le traicionó
Y si el escarabajo se oculta, quizá es que alguien le humilló.

¿Por qué quedarse sólo con eso? ¿Por qué olvidar que todo el mundo tiene un pasado, que todos vivimos un presente y que, por supuesto, todos merecemos un futuro?

A mi se me ha juzgado sin conocerme, y estoy segura de que a ti también.
Me han picado sin razón alguna, me han arañado sin saber por qué y se han ocultado de mi sin motivo aparente.
Y créeme, me han hecho daño. Pero yo no soy nadie para convencerles de algo que no quieren ver por ellos mismos. Si están empeñados en juzgarme por un pasado, desde luego no merecen estar en mi futuro ni tampoco influir en mi presente. Todos hemos cambiado, y seguiremos cambiando, y eso no nos hace peores o mejores, nos hace tan diferentes a lo que fuimos y a lo que seremos. Ni más ni menos.

He dicho adiós a muchas personas, otras muchas se han despedido de mi y de otras, sencillamente, me separó el camino. Ha habido dolor, por supuesto, pero estoy segura de que todos los cambios han sido ha mejor. Cambié ortigas por flores, gatos por perros y escarabajos por mariposas.

Si tú eres de los que dije adiós, espero no haberte hecho daño y que hayas encontrado todo lo que de verdad merecías.
Si eres de los que te despediste de mi, ojalá que no te arrepientas de tu decisión y que compartas tu vida con quien de verdad quieres compartirla
Si el camino nos separó, puede que nos volvamos a reunir y podamos hablar de todo lo que vivimos juntos, o que nunca más nos veamos y tengamos un buen recuerdo que visitar de vez en cuando.

Intenta no hacer daño, intenta que no te hagan daño

No hay comentarios:

Publicar un comentario