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"Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro"
Albert Einstein
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viernes, 7 de junio de 2013
Lucky Charm
Estabilidad, imposible concepto que todos necesitamos. Buscamos algo permanente, eterno y duradero. Un pilar indestructible al que aferrarnos en cada turbulencia de la vida. Un "siempre" que creer a fe ciega, sin temer que muera, caduque o perezca.
Un "para siempre"
Sin embargo, eso la mayoría de las veces no es posible. No es fácil encontrar algo inalterable. Algo que no se vea perjudicado por los tremendos cambios que realizamos a lo largo de nuestra vida. Que no sufra los efectos de nuestros cambios de opinión, nuestras nuevas metas y expectativas, nuestras nuevas relaciones o, incluso, nuestra nueva personalidad.
Qué puede permanecer siempre? Si ni siquiera nosotros somos siempre los mismos! Cambiamos, mutamos, metamorfoseamos... Nosotros no tenemos un "siempre", un "eterno", un "hasta el final". Si no lo tenemos, por qué crearlo? Por qué esa necesidad horrible de mantener una parte de nosotras por siempre, para siempre y jamás?
Sea como sea, es así. Lo necesitamos. Es innato en nosotros. Y nos buscamos lo que sea por encontrarlo
A ese inalterable, ese eterno al que recurrimos siempre en tiempos del cólera, lo llamamos amuleto.
Un amuleto. Consiste en cualquier objeto portatil al que supersticiosamente se le atribuye una virtud sobrenatural: atraer la buena suerte o asegurar la protección del dueño. Pero yo creo que esto, ESTO, es muchísimo más.
Un amuleto es, básicamente, aquello que te alegra (o arregla) el día.
Tus sábanas favoritas cuando te vas a dormir, que te aseguran dulces sueños
Tu taza preferida para el desayuno, que le da otro sabor al café.
Tu canción favorita en el reproductor aleatorio del móvil , que marca el ritmo de tus latidos y de tus pies por la calle.
El saludo de un amigo especial o lejano.
Una pulsera que te recuerda un momento importante.
Un tatuaje...
Hay miles de cosas que sirven de amuleto, y seguro que tú ya has pensado en varias mientras leías mis letras.
No olvides nunca que los amuletos hay que protegerlos, cuidados y quererlos.
Que ni siquiera ellos son para siempre y que el descuido o el olvido pueden arrebatarles esa magia y ese don que les caracteriza.
Y, sobre todo, piensa que no hay nada más poderoso ni más capaz que tu propia voluntad. Si tu quieres tener un buen día, una buena semana, mes, año, o una buena vida, deberás confiar en ti y en lo que tú representas.
Ni en tréboles
Ni en pulseras de hilo trenzado
Ni en nada.
Tú eres el protagonista de tu vida.
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