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"Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro"
Albert Einstein

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sábado, 25 de mayo de 2013

Elephant Ant Ant

"Hijo de hombre, busca y ve. Que tu alma libre esté. Orgulloso un día estarás. Hijo de hombre, un hombre un día serás"


Qué bonito es ser niño. Ser pequeño y no saber, no preocuparse. Mejor aun, no querer saber y no tener de qué preocuparse.
Qué bonito es ser niño, y hacer lo que de verdad quieres. Descubrir cada día un talento nuevo, una habilidad distinta y un don diferente. Sin que nada sea capaz de frenarte, o de asustarte.

Después llega el miedo, los frenazos y parones. Nuestra perdición comienza cuando aprendemos a hablar, que no por ello a entender, y conocemos la tremenda frase:
"No puedo"

La concentración más alta de limitaciones en una sola frase, y además muy corta. Es la máxima confesión de falta de confianza y la fianza de una cobardía innata. Aunque lo peor de todo es que ni siquiera somos conscientes de a todo lo que estamos renunciando con estas palabras.

Muchas veces esta frase precede si quiera al primer intento, dejamos que el miedo hable por nosotros y la mínima posibilidad de que salga mal nos representa. Que triste es abandonar un sueño sin tan siquiera intentarlo.
Pero peor, mucho peor que eso, es abandonar un sueño cuando el primer intento es fallido. Cuando nos caemos, nos damos de bruces contra el suelo y se nos caen encima todas las noches sin dormir, todas las gotas de sudor y de lágrimas, todos los julios de esfuerzos y todos los soles de madrugones.
Ese momento en el que todo parece en vano, en el que nada ha servido de nada y en el que no nos quedan más fuerzas ni más ganas para continuar.

Ese, exactamente ese maldito y decisivo momento, es el que merece un intento más. Sólo otro, de verdad. Siempre lo que nos falta es un intento más. ¿Cómo puedes rendirte ahora? ¿Cómo decir "No puedo"?
Claro que puedes, lo sabes perfectamente, de la misma manera que lo sabías y lo veías posible cuando te planteaste realizar este sueño. Cuando lo veías tan perfecto en tu cabeza, tan posible y tan cercano.
Aquí no vale un "No puedo", porque el haberte equivocado te ha dado toda la experiencia necesaria para que la siguiente vez sea perfecta, para que sea un "Puedo". Pero necesitas una próxima vez. Un intento más.

Ese intento es la diferencia entre el fracaso y el éxito. Entre conseguirlo o no.
Nunca, jamás, te rindas sin haberlo intentado una vez más. Porque llegará un momento, en el que ese último intento sea la vez definitiva.
Siempre hay una definitiva.


No dejes que nadie te diga lo que no puedes hacer. Ni siquiera tú mismo

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